5 Sorpresas para las que NO te prepara la Universidad

Este artículo está dedicado a los recién egresados o científicos de datos que van ingresando al medio laboral. Pienso en aquellos puntos que me hubieran ayudado mucho a agilizar mi desempeño en mi primer proyecto de Ciencia de Datos, pues nada fue como yo esperaba, lo cual fue retador y me permitió crecer mucho.

Si quieren saltarse esa etapa y empezar directo de mi experiencia, a continuación, les comparto mis mayores aprendizajes sobre aquellos puntos para los que mi formación Universitaria no me preparó para llegar a la realidad laboral:

1.      Nadie tiene claro cómo se hacen las cosas

En la Universidad, los profesores dominan los ejercicios a resolver, tienen un claro entendimiento de las metodologías, las alternativas, las formas de orientarnos si nos atoramos en alguna etapa, conocen los conjuntos de datos y quizá hayan hecho más de una vez el ejercicio y saben qué esperar… pero en mi primer trabajo

a.      Nadie sabía en qué tablas estaba la información que se necesitaba, ni en qué formato o catálogo o con qué filtro se podía identificar la información relevante…  así que sólo quedaba la exploración de datos o la esperanza de que alguien ya hubiera tenido un reto similar y te compartiera su experiencia.

b.      Los procesos y las buenas prácticas pueden no estar documentados, así que hay mucho que observar y preguntar… o buscar en internet, quizá sea más fácil encontrar información ahí que al interior de la Institución.

c.      Es probable que tu jefe no sepa de Ciencia de datos, ni estadística, ni lenguajes de programación y con suerte sepa lo que es un query. Así que sólo me quedó confiar en mis propias habilidades, documentarme lo más posible y recurrir a mi creatividad en la solución de los retos laborales.

 

2.      Los criterios de éxito no son los del profesor de Estadística

 Cuando mi jefe me pidió los resultados del modelo, yo le presenté unas probabilidades y le hablé de la Kolmogorov-Smirnov y eso sólo le sonó a vodka. Me dijo que le hablara de pesos y otros beneficios que traía el modelo como resultado de su incorporación al proceso y no fue sino hasta ese momento que aprendí a hablar el lenguaje universal del dinero, porque al parecer todas las áreas y en todas las empresas entienden qué es, a diferencias de las estadísticas. Así, aprendí a buscar los resultados de mi proyecto en términos de:

a.      Rentabilidad (ROI), efectividad, incremento en ventas, leads, clientes, mayor vinculación a la empresa, Net Promoter Score, etc.

b.      Cumplimiento regulatorio

c.      Tiempo (Full Time Equivalent) y dinero ahorrados

 

3.      No saber cuánto vale el trabajo que haces

 De la mano con el punto anterior, está la valoración del propio trabajo no por el tiempo o el esfuerzo que representa para mí, sino considerando el valor que aporto a la empresa. Esto nos permite tener argumentos para defender un proyecto ante una junta Directiva o para comunicar los alcances del proyecto o medir los resultados que estamos obteniendo.

 También a nivel personal nos permite medir nuestros logros y tener argumentos para un aumento de sueldo o conseguir apoyo para algún proyecto específico. De esta manera, podemos ponernos metas que se traduzcan en crecimiento profesional.

 

4.      Softskills – programación y estadísitca no bastan

De los mayores retos fue el de la Comunicación clara, y es que tiene distintas vertientes, como explicar al área usuaria cómo le va a ayudar el proyecto que vas a desarrollar, explicar a tus superiores en qué se basa el proyecto y el impacto que representa para la empresa y el manejo de expectativas a lo largo del proyecto.

Como la comunicación es un arte muy importante, les dejo 3 tips de oro que suenan básicos, pero estoy segura de que si analizan su ejecución en su vida diaria van a ver que más frecuentemente de lo que piensan dejan pasar alguno:

a)      Ten algo BUENO que decir

b)     Aprende a decirlo BIEN

c)      No te olvides de DECIRLO

Sobre la base de la comunicación, construimos la habilidad de negociación o persuasión, y quizá hasta de ventas, pues es muy importante a lo largo del proceso poder contar con el apoyo de los Directivos de la empresa o comunicar a los usuarios finales cómo los ayudaremos en lugar de que nos consideren entrometidos o incluso una amenaza.

5.      Ser el experto

 En la Universidad, nuestros profesores son expertos en sus temas y creemos que necesitamos un doctorado y años de práctica antes de ser expertos en algo, pero en el ambiente laboral, salvo que tengamos un mentor, muy probablemente seremos los que más sepan de algún tema.

 Ésta es de las formas más auténticas del síndrome del impostor, que hace que ni siquiera queramos asumir ese rol de experto. Sin embargo, con la práctica iremos encontrando evidencia de nuestras capacidades y en nuestras manos está el adquirir confianza y una buscando trabajar desde la más robusta metodología analítica. Del lado personal, nos queda desarrollar una autoimagen fuerte a través de la confianza y valorando las experiencias y conocimientos que podemos aportar a nuestro lugar de trabajo.

 

Para cerrar este artículo, quisiera invitarlos a reflexionar si hemos encontrado estas circunstancias en nuestros empleos o si hay alguna otra que se me haya escapado. Una vez identificado el punto más relevante o aquél que tenga más impacto en tu carrera profesional, ¿estás pensando cómo lo vas a fortalecer?

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