El entrenamiento invisible

Al lanzar un negocio creemos que nuestro éxito depende de tener una gran idea o desarrollar el mejor producto o servicio, de un excelente marketing o branding, contar con operaciones muy eficientes o incluso de tener la mejor y más proactiva área de Ventas.

Sin embargo, el liderazgo y el crecimiento personal son lo que nos dará el carácter para intentar una y otra vez distintas estrategias de marketing, nuevas tecnologías, nuevas técnicas de ventas o lograr cambios exitosos en los procesos de la empresa para cimentar una cultura de crecimiento, lograr comunicar nuestro mensaje a la audiencia objetivo y crear la percepción que buscamos en ella… una y otra vez para mantenernos siempre logrando objetivos cada vez mayores.

Son silenciosos, pero nos permitirán ser flexibles ante las circunstancias, creativos ante los retos y resilientes ante la adversidad; saber tomar acciones para crear una cultura empresarial y fomentar los valores que se traducen en un servicio consciente y diferenciado que lleve a la satisfacción de los clientes. Además de darnos la confianza que nos lleva a tomar riesgos cuando reconocemos una  oportunidad y estamos dispuestos a ir por ella, especialmente contando con información limitada.

El autoconocimiento es otro de sus aportes fundamentales, pues nos lleva a elegir nuestras prioridades sin dependencias de factores externos, ser fieles a nuestros valores y propósito y hacerlos valer desde el amor y la asertividad, además de guiarnos en la construcción de equipos de trabajo exitosos. Por otro lado, libera una de las fuerzas más poderosas: la creencia en nosotros mismos, la cual, aunada al saber vivir nuestras emociones, nos permite no sabotearnos y dirigirnos siempre a un crecimiento constante.

Finalmente, fortalecen nuestras habilidades de negociación, las cuales nos permitirán no sólo llegar a acuerdos internos en la empresa, sino también con los proveedores y clientes para buscar siempre situaciones ganar-ganar y seamos reconocidos como una empresa que siempre aporta valor.

No por tener la empresa andando, crecerá automática y constantemente. Es el crecimiento como persona y como líder el que nos dará la capacidad de lograr objetivos y saber crear comunidades o experiencias, contar con muchos recursos gracias a la creatividad o relaciones que se tengan es precisamente lo que no se ve, pero es fundamental para sacar cada proyecto adelante.

 

Ése es el entrenamiento invisible… pero indispensable para lograr nuestras metas, personales y empresariales.

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