Mis retos en la Analítica institucional

Había sido analista de datos por más de 10 años cuando empecé a vender software analítico y me enfrenté a preguntas de los clientes que jamás hacían los profesores en la universidad. Nadie me preguntaba por los algoritmos sino por cuántas personas reemplazaría en su empresa o qué beneficios tendrían al usar el software.

Al principio me sorprendía y sólo decía “ese cliente no sabe de Analítica” cuando me decían que era muy complejo y no veían para qué complicarse. “¿Cómo nos pide que le ayudamos a vender internamente su proyecto? Si él es quien mejor conocer las ventajas, de lo contrario no compraría” cuando nos solicitaban ese tipo de apoyo. Al cabo de diversas experiencias, entendí que no todos los posibles usuarios de la Analítica sabían de antemano de qué se trataba, cómo implementarla y qué tipo de beneficios esperar en cuánto tiempo. O quienes sí lo sabían, no sabían comunicarlo en términos de negocio a sus comités aprobadores de presupuesto.

Y nosotros, en el rol de vender, teníamos que apoyarlos con ambas tareas. Para la primera, empecé a aprender cómo compartir la Analítica en términos simples con mis prospectos. Para la segunda, me adentré en el mundo de lo que he llamado la analítica institucional: saber encausar y derivar valor de la analítica que se hace en una organización.

Fui entendiendo que la analítica iba más allá de los indicadores que nos permitían ver la asertividad del modelo. Que no todas las instituciones estaban listas para el mismo tipo de Analítica, que subir a las personas al proyecto desde la planeación era fundamental, que los procesos debían generar los datos, permitirnos analizar y aprovechar los resultados del análisis. Y empecé más bien a concebir a la Analítica insertándose en el ADN de las empresas.

Coincidió que leí en un artículo que el 80% de los modelos que se hacen no llegan a ser productivos y entonces me cayó un balde agua fría: tanto trabajo y no llegaba a insertarse en el día a día de una empresa, a desatar todo el potencial que representaba.

Tanto por resolver las preguntas de los clientes, vender y promover la analítica empecé a hacer de este tema mi prioridad en el trabajo. Mi equipo podía tener retos técnicos y yo me moría de ganas de resolverlos, pero sentía que había tan poco material o esfuerzo al respecto del nivel administrativo, estratégico y gestión del cambio que la Analítica trae consigo para una adopción exitosa.

Vi que había muchos recursos para científicos de datos, pero no tantos para quienes son lo son y buscan implementar la Analítica o al menos quieren enterarse de lo que está en la vanguardia de las tendencias. Además, esto podía contribuir con mi sueño de democratizar la Analítica, de ahí que decidí enfocarme en este aspecto: enfocándonos en el liderazgo y la estrategia de un Centro de Excelencia, manejo de gestión del cambio y el ambiente que un buen equipo de Analítica necesita para desencadenar el impacto positivo que puede dar una empresa.

El éxito Analítico de una institución sea pequeña o grande, lo tomé personal. Y heme aquí, abriendo un espacio para que aquellos interesados puedan encontrar referencia sobre la Analítica y cómo hacer proyectos exitosos que consideren a una empresa completa, no sólo un modelo, sino que podamos incrustarnos en el ADN de una empresa 😊

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